jueves, 21 de junio de 2012

ELEFANTES QUERIDOS, Y UN ALMA CANSADA

Cuando los elefantes van al viaje de sin retorno. Van despacito, haciendo examen de su vida, lento, muy lento recorren el camino hacia el destino final.
Son  tan altruistas que hacen el viaje en silencio, sin querer dar preocupación a la manada que deja atrás. Allí se sentará, no comerá esperando el desenlace.
En sus ojos hay lágrimas de agradecimiento, de pido perdón, de, ¡te quise tanto!
En su recorrido no comen, dejan el alimento para los que les queda mucho “tiempo”… ese tiempo que a el ya le llegó. ¡No pisan la hierba! ¡No pisan las flores! Con sumo y lento caminar, van en su soledad y sus sentires  sin mirar  atrás .Saben que es ese su lugar definitivo. No necesitan que nadie  les haga un cortejo fúnebre con lágrimas falsas, ni lágrimas tristes.  Solo necesitan seguir su camino .Esos pajaritos aun le acompañan, montados en su lomo les limpian la cara, ¡No es gentileza! ¡Les mueve la gana! de ellos se alimentaron el sus vidas largas. Pasan por sus mentes recuerdos de infancia, amor de los mil amores de sus  manadas dejadas, sus árboles, sus flores, sus charcas, en ellas  limpiaban sus masas pesadas.
Ya  nada importa, ya no preocuparse si vienen las lluvias, si crece la hierba o la charca tiene agua, o si el árbol tiene hojas, o las fieras lo atacan.
Solo tendrán que sentarse, pidiendo clemencia por agonías largas .que ángeles vengan a rescatar su alma, que  los liberen de sus toneladas, allí los esperan otros de alma cansada, llenos de luz de amor, no tienen dolor, solo ese amor  que sobran las palabras. Se sientan lentamente… ¡no llegan al alba! Suena una música…¡no llegan al alba!
                                           
                                                        Calcetinescaidos. con alma cansada       
    

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